Compra digital: ¿Compra con caducidad?

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Al final sucedió. Los peores presagios que barruntaban los rumores se han cumplido: Sony va a cerrar las tiendas de PSP, PS3 y PSVITA este verano. La compañía alega que los recursos que destina a estas plataformas se destinarán a las existentes, mejorando la experiencia. Vamos, que nos hacen un favor... Eso sí, son benevolentes y, por ahora, podremos seguir descargando los juegos que tengamos comprados desde la biblioteca de cada sistema una vez hayan cerrado. Solo faltaría...

 

Esta situación no es nueva. Ya sucedió con la tienda de Wii y DS y, aunque es cierto que los juegos que podíamos comprar en ellas eran menores y de la Consola Virtual, seguían siendo juegos de nuestra propiedad que, si no los tenías descargados en la consola, desaparecían para siempre. Peor es el caso de las tiendas de Wii U y 3DS en muchos países de Latinoamérica, que cerraron sus puertas para no volver, con la consiguiente pérdida de todo lo que hubieras comprado y no tengas descargado en la consola. No dudamos que este movimiento se repetirá en el resto de mercados tarde o temprano.



 

El tema no es menor, al contrario, y debería tenernos mucho más cabreados de lo que estamos. Como consumidores estamos viendo como se traspasan unos límites que no deberían ser permitidos. El mercado digital avanza a pasos agigantados cada día y nadie pone límites a lo que las compañías hagan o puedan hacer en cualquier momento. Es increíble, pero es cierto: cuando compras algo digital no sabes hasta cuando podrás acceder a ello. Y parece que nos da igual.


La base del problema está en que, si nadie obliga a las compañías a respetar al consumidor, éstas no lo van a hacer por sí mismas. Si pueden venderte el mismo producto dos o tres veces, ¿por qué no? Las bondades con las que se nos venden los productos digitales son evidentes: tenemos lo que queremos cuando queremos, sin esperas (más allá de lo que tarde en descargarse, para lo que la predescarga días antes de la salida viene genial), el mismo día de salida y sin tener que estar quitando y poniendo disco/tarjeta. 

 


 
Pero no todo son beneficios. Si es evidente que para las compañías los costes son infinitamente menores al vender el producto digital ¿por qué los precios siempre son más altos? ¿Por qué es mucho más sencillo hacerte con un juego de oferta en tiendas como Game o Amazon que en las stores digitales? Por no hablar de que lo que compras hoy, como dijimos anteriormente, puede que mañana no esté en tu poder, pues dependes de la benevolencia de una compañía que ya obtuvo de ti lo que necesitaba...

Pero si hay algo peor que estas técnicas tan en contra de los usuarios es que los haya que las defiendan. No me valen los argumentos de los que esgrimen que, una vez que te has pasado el juego y que ya tienes nuevos sistemas, ¿qué necesidad tienes de jugar a ellos? O los que dicen que son sistemas ya muertos que ya dieron todo lo que tenían que dar y que da igual todo el dinero que pudiste gastarte en los mismos. Parece mentira, pero hay gente que, cual accionista de Sony, Nintendo o Microsoft, decide que es mejor que éstos se desentiendan de ello. Que no compramos un juego sino una licencia de uso...


En lo que a PC se refiere la cosa podría ser incluso más seria, si no fuera porque plataformas como STEAM llevan haciéndolo muy bien desde su nacimiento, donde cualquiera puede descargarse todo lo que compró desde sus inicios, pues está ligado a una cuenta en la que muchos han gastado pequeñas fortunas. Hay que tener en cuenta que, al contrario de lo que ocurre en consolas, prácticamente el 100% de lo que sale a la venta es digital. El físico dejó hace mucho tiempo de tener importancia para los PC. También es cierto que los precios en este formato siempre han sido más baratos, lejos de los royalties que deben pagar las compañías a las tres grandes, y que hay mucha más oferta en las tiendas digitales, pero en ningún caso es extrapolable a la situación de las consolas por ser un mercado tan diferente.


Pero, aun así, ¿quién nos dice que, si mañana Valve decide cerrar todos sus servicios, no puede hacer lo mismo?  La posibilidad siempre está ahí. Hasta ahora la compañía ha ofrecido un servicio de 10, pero nunca se sabe. 



Es entonces cuando nos sobrevuela la cabeza la inquietante pregunta: ¿estamos comprando humo? Sí, es cierto que todo lo que compramos lo hemos disfrutado en su momento. Pero ¿y si quiero jugar ese juego que tanto me encantó pero que no volví a tocar quince años después? ¿Y si quiero jugar a ese título que compré en una oferta puntual hace varios años pero que no lo hice por falta de tiempo? ¿Y si quiero enseñarle a mi hijo pequeño los juegos con los que su padre perdía la cabeza, cuando se dé el momento? Son situaciones por las que muchos de nosotros podemos pasar y que, hasta hace poco, eran posible. Quien no tiene su NES, Mega Drive, Saturn o incluso PS2 de cuando era más joven guardada para cuando ocurra alguno de estos casos. Y, por encima de todo: si en su momento nos gastamos los cuartos en algo ¿por qué no puedo seguir disfrutando, hasta cuando me dé la gana, de algo que es mío de pleno derecho? La nostalgia no debería ser algo que las empresas usan para dejarnos sin blanca. 


Y sí, sé que muchos diréis que todo esto que estoy planteando tiene un pero muy grande, en lo que a soporte físico se refiere: los juegos que vienen en los discos/tarjetas no son una versión final o están lejos de lo que el juego, parche tras parche, acabará siendo. De esta forma y cada vez más, lo que obtenemos al venir de la tienda es un proyecto inacabado que dista mucho de ser lo que disfrutaremos cuando la magia de las actualizaciones haga su labor. Pero este es otro melón diferente, no por ello menos importante, que debería ser legislado, al igual que el que nos ocupa. No es de recibo que las compañías usen la fecha de salida como un mero hito en el que podamos tener la caja en nuestras manos pero que sin el parche de lanzamiento es poco más que un posavasos muy caro.

 

Es una pena que, en la industria más importante de todo el entretenimiento, sigamos con prácticas más propias de un negocio incipiente que de uno ya asentado. A nadie se le ocurriría que, al comprar una película en Blu-ray, ésta venga sin su final o que en ella pudiésemos ver los cables que hacen que los super héroes vuelen. O que nos compremos un disco y en vez de la versión final obtengamos las maquetas. O que te hagas con el último libro de Stephen King y lo que obtengas es una versión sin corregir, con faltas de ortografía y demás... ¿A que todo esto lo veis impensable? Pues en los videojuegos pasa día sí y día también. Y si no que se lo digan a CD Projekt y su Cyberpunk 2077.

 


 
Necesitamos crecer como industria. Necesitamos luchar por nuestros derechos. Necesitamos ver a las compañías como lo que son, grandes corporaciones que quieren ganar cuanto más mejor y no una especie de club de deporte del que somos hinchas. Porque mientras que éstas nos vean como hooligans en vez de consumidores, seguirán aprovechándose de nuestra permisividad. Y ya estamos viendo hacía donde nos lleva eso...

Para terminar nos gustaría agradecer la oportunidad que nos ha dado El PC no arranca para publicar nuestro artículo en su web y que todos sus usuarios puedan conocernos. Es algo que no todos hacen, por lo que lo valoramos muchísimo.

Este artículo forma parte de una colaboración de GameExperience, una web en la que hablamos de los videojuegos desde nuestro particular punto de vista, con opinión, especiales, reportajes y demás con El PC no Arranca. Podéis encontrarnos en nuestra web, www.gameexperience.net y en nuestras redes sociales, Twitter, Instagram, Youtube como @gameexperienc, además de nuestro canal de twitch en twitch.tv/gameexperienc donde hacemos directos cada semana. ¡Sed bienvenidos!


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